El fragmento se ha atribuido a uno de los más grandes pintores áticos de cerámica, Euphronios, activo en las últimas décadas del siglo VI a. y entre los primeros en pintar con la nueva técnica de figuras rojas, es sin duda uno de los ceramistas y pintores más longevos y talentosos. Pintó principalmente grandes jarrones para banquetes, especialmente cráteres, con escenas del mito o poemas homéricos, pero también inspirándose en la vida cotidiana de la élite ateniense. Conocedor de los logros de la escultura en redondo, el pintor aborda con maestría la representación de figuras humanas en torsión o en escorzo, con composiciones estudiadas y detalles bien definidos. El fragmento del Museo Arqueológico de Milán representa la cabeza de Heracles barbudo con leontè en la cabeza, a través de un estilo firme y preciso, el uso hábil del negro y la representación detallada de detalles anatómicos y vestimenta, elementos todos característicos de Euphronios.