Vittorio Mazzucconi es un arquitecto, urbanista, pintor y filósofo italiano: profesiones que, sin embargo, no reflejan plenamente su personalidad. En todas estas disciplinas no es un especialista, al contrario es un “antiprofesional y un poeta”, como lo define John Klaus Koenig, y también, en el fondo de su alma, un místico. Otros, incluido Riccardo Barletta, hablan de él como un gurú. Escribe de él que “es un hombre que ha optado por el aislamiento activo, el monaquismo intelectual. En el contexto de la efímera y heterogénea disrupción libidinal de nuestro tiempo, su obra, durante décadas a la vanguardia, constituye un referente moral y cultural; su creatividad es sapiencial".