El dibujo ha sido identificado como un estudio preparatorio para la figura de la Sibila de Cumas en la bóveda de la Capilla Sixtina, la gran obra maestra realizada por Miguel Ángel entre 1508 y 1512. Se trata sin duda de un estudio del natural de un modelo masculino, del que Miguel Ángel lo utilizó para elaborar el dinamismo y la forma expresiva del rostro. En la transición al fresco, sólo faltaba añadir el tocado con turbante que corona a la Sibila en el fresco de la capilla vaticana. La lámina, obra maestra gráfica del Renacimiento, es un testimonio muy importante del método de trabajo del artista, que utilizaba el dibujo como medio para alcanzar los fines artísticos que se proponía.