Este admirable retablo, llamado Il Giorno, por analogía con La noche de Dresde, fue concebido por Correggio en 1523 para Donna Briseide Colla, casada con Bergonzi, quien en 1528 lo asignó a su propia capilla en la iglesia de Sant'Antonio en Parma. En 1764 el duque Don Filippo lo compró para la corte, pero en 1796 durante el gobierno napoleónico fue llevado a París. Al regresar a Parma en 1816, Paolo Toschi, director de la Academia, la colocó en las salas de la Rocchetta de la Galería con un proyecto de diseño que dio un espacio digno a las obras maestras de Correggio. Allegri concibe esta Sagrada Conversación renovando el icono tradicional de la Virgen entronizada, eliminando arquitecturas para colocar las figuras en un escenario naturalista, donde la Virgen está sentada sobre un humilde peñasco de hierba y una cortina roja, en diagonal, actúa como dosel. Es una escena doméstica, íntima, inserta integralmente en un paisaje, donde los personajes se comunican entrelazando gestos y miradas y el Niño es su punto de apoyo. A la izquierda San Jerónimo con los atributos que le caracterizan en su doble túnica, a un lado el anciano ermitaño de cuerpo enjuto y descuidado, con barba despeinada y largas uñas, acompañado del legendario león al que le quitó una espina. su pata, de la otra es el padre de la iglesia con el rollo y el volumen, que aluden a la Vulgata, la Biblia que había comentado al traducir los textos hebreos originales al latín. A la izquierda, María Magdalena, la pecadora, se arrodilla ante Jesús, volviendo la mirada hacia él, en alusión a las lágrimas con las que le lavó los pies en casa de Simón, mientras se deja acariciar en su larga cabellera suelta, un claro referencia a que ella es una prostituta. Detrás de ella, la traviesa figura del niño que sostiene en sus manos el frasco de aceites perfumados es San Giovannino, precursor de la venida de Cristo. El paisaje recuerda a las vistas lombardas y leonardescas, con el suave declive del horizonte sobre tonos azul grisáceos, un espacio natural donde, aunque a distancia, el laborioso trabajo del campo se plasma entre templos de sabor clasicista, mientras en la distancia se puede vislumbrar una montaña, tal vez la Pietra di Bisantova. Allegri en esta pintura revela su madurez y su brillante autonomía, lo que también revela el conocimiento de pintura de Leonardo y Raphael.
Título: La Virgen y el Niño con los Santos Jerónimo y Magdalena conocida como "Madonna di San Gerolamo" o "El día"
Autor: Antonio Allegri, detto il Correggio
Fecha: 1526-1528
Técnica: Aceite en la mesa
Expuesto en: galería Nacional
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