Esta escultura en terracota es un ejemplo del realismo que Guido Mazzoni (1450-1518) logra imprimir en sus creaciones, en sintonía con los logros más altos de la cultura artística padana de la segunda mitad del siglo XV, siguiendo las enseñanzas de Donatello y Mantegna. Aunque la policromía no es la original, aún así da una idea de cómo la escultura debía aparecer en el momento de su realización. Proveniente de la colección de los condes Calori Cesi de Módena, pero originalmente en la colección de Pietro Vitali en Busseto, la cabeza ingresó a la Galería Estense en 1909. Es posible que sea lo que queda del perdido Llanto ya en la iglesia de San Lorenzo en Cremona, del cual tenemos conocimiento gracias a las notas manuscritas redactadas a principios del siglo XVI por el patricio veneciano Marcantonio Michiel (1484-1552).