Una pieza importante del Museo dei Cappuccini en Milán es el Velo de Verónica atribuido constantemente a Guercino, un pintor emiliano activo en el siglo XVII.
La obra representa el rostro de la Pasión de Cristo impreso sobre un lienzo, iconografía que comienza a desarrollarse en el contexto de la pintura nórdica, que la representa como una imagen extática para convertirla en una efigie devocional por excelencia. En Italia este motivo se difunde desde finales del siglo XV, gracias a la presencia de algunos ilustres ejemplos flamencos, que experimentaron con cierto éxito esta fórmula iconográfica.
El lienzo se inserta de lleno en la tradición iconográfica ligada a la sagrada reliquia del Velo de la Verónica, tela sobre la que se imprime el rostro de Cristo camino del Calvario. Los focos se enfocan en el rostro sufriente de Cristo, construyendo cuidadosamente sus rasgos somáticos, su cabello ondulado y su nudosa corona de espinas.
La referencia a Guercino es justificable en términos formales, dado el tipo de rostro, la redacción esmaltada, llena de luces cálidas y claroscuras y la interpretación del tema en términos extáticos y suavizados. Finalmente, acorde con los estándares alcanzados por el pintor es la gran calidad de la obra, donde el virtuosismo de la ejecución y la capacidad de investigación estilística y mental ofrecen un resultado altamente sugerente.
Título: El velo de Verónica
Autor: Giovanni Francesco Barbieri, detto Guercino
Fecha: mediados del siglo XVII
Técnica: Pintura al óleo sobre lienzo
Expuesto en: Museo Capuchino
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