La acuarela realza el impacto visual de la Sacra di San Michele, hoy un monumento simbólico del Piamonte pero ya considerado un testimonio emblemático de la Edad Media Saboya entre los siglos XVIII y XIX. En la atmósfera brumosa, la vegetación, la roca y la piedra artificial se fusionan, creando un encuentro solemne entre las sublimes visiones del paisaje alpino y los pintorescos testimonios de la arquitectura medieval, dos temas queridos por la cultura figurativa de principios del siglo XIX. El turinés Giuseppe Pietro Bagetti (1764-1831) fue un gran acuarelista especializado en particular en la topografía militar y el paisaje. Su pericia técnica, ya apreciada por Napoleón Bonaparte, estuvo al servicio de Vittorio Emanuele I y luego de su hermano Carlo Felice, para quienes realizó una serie de batallas y una serie de paisajes respectivamente.