Judit y Holofernes, es uno de los tres lienzos expuestos en el Museo que originalmente se realizaron para ser colocados como mueble, o como sobrepuerta. Fueron pintados por Giovanni Battista Crosato, pintor y escenógrafo de origen veneciano, que residía periódicamente desde 1733 en Piamonte, al servicio de la corte de Saboya, trabajando en los frescos del pabellón de caza de Stupinigi, en Villa della Regina, en el Palacio Real y, como escenógrafo, en el Teatro Regio. El pintor trata el tema de las heroínas bíblicas, representando las historias de Judit y Holofernes, Giale y Sisara y Sansón y Dalila, figuras femeninas unidas por la astucia con la que salvan a su pueblo de la amenaza enemiga. Conocido sobre todo como fresconte, Giovanni Battista Crosato ocupó sin duda un lugar destacado en el panorama artístico del siglo XVIII, desarrollando un lenguaje propio y personal, caracterizado por una pintura de pincelada chispeante y rápida ya la vez elegante. Rasgos que también emergen bien en los tres lienzos del Museo, de la colección Masserano, en los que cada escena se enmarca en fondos arquitectónicos y encuentra su punto focal en la figura femenina, protagonista del episodio bíblico representado.