En 1953 Nivola publicó en Interiores una serie de dibujos que ilustran el proyecto del “pueblo-pérgola” concebido para su ciudad natal, Orani. El artista imagina conectar todas las casas a través de pérgolas, transformando las calles en espacios íntimos, habitables colectivamente por los habitantes; la pérgola es un signo que subraya, y al hacerlo fortalece, el vínculo social entre los individuos. Hoy llama la atención la modernidad de la idea, que va más allá de la escultura, la pintura y la arquitectura para adentrarse en el terreno de lo cotidiano.