A partir de 1926 mi casa de veraneo habitual es Forte dei Marmi, donde encontré la magia de un paisaje que se adaptaba a mi sentimiento íntimo, escribía Carlo Carrà en 1940, cuando Versilia aún era para él una fuente inagotable de temas: la sencillez de la arquitectura. de los muelles, montañas, cabañas, postes que había comenzado a inmortalizar en Liguria en la década de 1920, con Il pino sul mare, son características que vuelven, inmersos en la naturaleza silenciosa, incluso en esta Marina que Bruno Blotto Baldo quiso donar al Civic Museo de Biella en 1952, con motivo de la reapertura del Museo. Es una vista de Cinquale, tema recurrente en la producción madura de Carrà, interpretada aquí en varios pisos, con la costa en primer plano, el mar animado por un velero y el lejano promontorio que cierra la ensenada. El mar fue un tema -como tuvo oportunidad de declarar su hijo Massimo- "que realmente fascinó a mi padre durante casi medio siglo, tanto que se convirtió quizás en su herramienta más eficaz para expresar plenamente su idea de una pintura capaz de de crear en términos exclusivamente pictóricos la compleja relación entre el artista y la realidad, reflejando la relación entre el hombre y su mundo”. Y aquí, la simplificación extrema de la forma y la muy meditada esencialidad de la composición -herencia de las adquisiciones puristas de los años de "Valores Plásticos"- vuelven a acentuar ese tonalismo apagado de los verdes, azules y grises, que contrastan con el rojo del techo del galpón al que, el corte aparentemente casual de la imagen, le otorga el papel de punto de apoyo cromático descentrado. La obra, firmada y fechada, data de 1940, año en que se expuso en la Bienal de Venecia, como lo atestiguan el catálogo de la exposición y la etiqueta adherida al reverso, que lleva las palabras "XXII Bienal Internacional de Arte. Venecia 1940". La Marina, publicada en el catálogo general de la obra pictórica de Carrà (1967), fue incluida por error entre las obras de 1941. Aunque a falta de cierta documentación, se supone que pudo haber sido comprada por Blotto Baldo poco después del veneciano exposición de la que era asiduo visitante.