El descubrimiento de la Tumba de los Ori comienza como una historia un tanto confusa. En 1928 las primeras indicaciones llegaron al superintendente de Puglia Quintino Quagliati gracias a un boceto del plan y un prospecto. El lugar del descubrimiento fue el camino a Cerignola, paralelo a la ruta de Appia Traiana. En ese momento, el arqueólogo no vio el sepulcro, que ya había sido tapado durante los trabajos de tendido de la alcantarilla, pero la descripción de los dromos, las tres celdas y la fachada monumental dejaban entrever su importancia. En 1935 la publicación de los materiales causó sensación y nació una especie de leyenda arqueológica.
El nombre OPAKA SABALEIDA escrito con caracteres punteados en la bisagra de la caja en forma de concha y un diente adolescente hacían afirmar la hipótesis - la leyenda - la hipótesis - la leyenda - de la princesa canosiana muerta en la adolescencia y depositada con su riqueza en una cama de asbesto. Además de la figura de Opaka, la historia estuvo acompañada por la figura de Busa que había acogido a los supervivientes de Canne.
En 1991, unas nuevas obras de urbanización sacaron a la luz la tumba y se pudo reconstruir la dinámica de la intervención de 1928. fragmentos de armadura, una espada con vaina de madera, una punta de lanza, el strigil. La cronología entre finales del siglo IV y III a. C. confirma la relevancia del hipogeo para la élite principesca de la ciudad.
Título: Estuche en forma de concha con Nereida sobre un monstruo marino
Autor: Anonimo
Fecha: 3 - 2 seg. antes de Cristo
Técnica: Plata y oro
Expuesto en: MArTA - Museo Arqueológico Nacional de Taranto
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