La tumba, descubierta en 1848 en Trezzo sull'Adda, incluía varios objetos de gran valor, tanto masculinos como femeninos. La situla, en lámina de bronce, está decorada con un friso que representa perros persiguiendo ciervos y cervatillos, recuerda el tema de la caza como actividad de entretenimiento típicamente aristocrática. El artefacto es parte de una producción que caracteriza la Primera Edad del Hierro en el norte de Italia y en el área alpina central-oriental.