Es uno de los símbolos de la Academia; donado por Luisa Bartolozzi Tommasi en 1851, sufrió largas vicisitudes, incluso judiciales, antes de ser definitivamente adquirido por la Academia. Es una pintura encáustica sobre pizarra, realizada según patrones extraídos de la antigua tradición; está fechado durante el siglo XVI, si no en el siglo XVIII.