Entre los museos públicos europeos más antiguos, el Lapidarium (colección epigráfica griega, etrusca, paleoveneciana y romana, pero también árabe) se estableció en 1745 gracias sobre todo a la colección apasionada de Scipione Maffei, un hombre ilustre de la cultura veronesa. Fue construido en el lugar entre las antiguas murallas que conectaban Piazza Bra y Castelvecchio. El lugar fue concebido desde un principio como un jardín de acceso al teatro de la Academia Filarmónica. Desde 1612, la Academia Filarmónica había comprado 28 epígrafes y posteriormente los exhibió en el patio frente al edificio. La organización del museo se debe al propio Scipione Maffei; el Museo fue entonces adquirido por la Municipalidad en 1883 y reorganizado según criterios modernos en 1982. El material epigráfico y los relieves se distribuyen por tramos cronológicos en el patio que conduce al foyer del teatro Filarmónica, en el sótano y en dos habitaciones superiores. La remodelación, completada en 1982, por Lanfranco Franzoni, basada en un proyecto del arquitecto Arrigo Rudi, destacó, entre otras cosas, el pronaos neoclásico, la entrada principal del Teatro Filarmónico a través de la Sala Maffeiana. Desde las habitaciones internas se puede acceder a la pasarela Scaligero sobre el Portoni della Brà.