En el 70 aniversario de la muerte de Mariano Fortuny y Madrazo, y coincidiendo con la 58 Bienal de Arte, Palazzo Fortuny pretende rendir homenaje al polifacético artista español destacando la importancia del contexto familiar en su formación artística. Por primera vez se dedica una exposición a Mariano Fortuny y Marsal (1838-1874) ya su hijo Mariano Fortuny y Madrazo (1871-1949).

La referencia a la Bienal no es casual, ni ocasional: de hecho, en 1950, pocos meses después de la muerte de Mariano Fortuny y Madrazo, el Pabellón de España -en el que el artista había expuesto en varias ocasiones- dedicó una sala a los dos Fortuny ya los pintores miembros de la familia Madrazo. Esta exposición hace suyos los motivos de este homenaje desarrollando las relaciones que existieron entre el arte de los dos grandes españoles. Hay dos líneas de investigación privilegiadas: la de la práctica de la pintura, firmemente inserta en la tradición europea de los viejos maestros, y la de la pasión por el coleccionismo, entendida como una oportunidad de estudio y reelaboración artística.