La iglesia de Santa Maria Maggiore en Tuscania es un hermoso ejemplo de arquitectura románica en Italia. También fue la primera catedral de Tuscania y la única que tuvo una pila bautismal de inmersión con un estanque que aún hoy se conserva bien. El edificio está flanqueado por un macizo campanario que tenía la doble función de recordar a los fieles y de avistamiento y defensa. La toba, una piedra local de origen volcánico, es el elemento constructivo dominante, mientras que el portal principal es de mármol blanco. El interior es casi desnudo y austero, pero la mirada la capta el ábside donde está pintado el grandioso Juicio Final del siglo XIV) de Gregorio y Donato d'Arezzo. La iconografía es la clásica: por un lado los elegidos, por otro los condenados, en el centro, sobre todo, la imagen de Cristo Juez, pero la figura que más atrae la curiosidad del visitante es el diablo llamado por tradición local cacànime.