La Fundación Merz presenta, del lunes 31 de octubre de 2022 al domingo 29 de enero de 2023, la exposición individual ALERTA del artista Michal Rovner (Israel, 1957). El proyecto, comisariado por Beatrice Merz y concebido específicamente para los espacios de Via Limone 24 en Turín, brinda al público una experiencia inmersiva que tiene sus raíces en la práctica del artista.

Insertado a raíz de una investigación de varios años promovida por el artista y que ve el arte en diálogo con la arqueología y la política, ALERT evoca los temas y las prácticas perfeccionadas por Michal Rovner a lo largo de los años, con especial atención a la técnica de videomapping. El proyecto expositivo, transformando los espacios de la Fundación, acoge al visitante en un espacio oculto y sin luz, similar a los lugares de espera donde observar y estudiar a los chacales, los auténticos protagonistas de la exposición, que se adueñan del entorno y lo habitan mostrándose como guardianes absolutos.

ALERTA explora el estado de alerta y la sensación de miedo que surge del encuentro con el otro, con lo que no le es familiar y por lo tanto se percibe como hostil. Para devolver plenamente este sentimiento compartido a nivel mundial, Michal Rovner identifica como particularmente evocadora la figura del chacal, un animal tradicionalmente asociado a escenarios de destrucción y poco proclive al contacto con los humanos. La intensa investigación de campo, que vio al artista sumergirse en el hábitat nocturno natural del chacal, despertó una fuerte fascinación por los sonidos que produce el animal y por su poderosa herencia iconográfica. El chacal, de hecho, está indisolublemente ligado a la figura mitológica del dios egipcio Anubis, destinado a acompañar a las almas de los muertos en su viaje hacia la vida más allá de la muerte y a actuar como intermediario divino entre el cielo y la tierra.

Deslizándose por las paredes y apoderándose del espacio, los chacales de Michal Rovner construyen un ambiente en tensión donde asumen el papel de observadores amenazantes, colocando al visitante en la incómoda posición de un elemento ajeno e inoportuno. En una inversión de perspectivas, el ser humano se revela como un intruso tanto como el chacal le es ajeno y se traslada al corazón del proyecto expositivo.