En ocasión de Artissima 2025, la Fundación Sandretto Re Rebaudengo presenta Portrait, primera exposición individual en una institución italiana de la artista Angharad William, ganadora del Premio illy Present Future 2024, vigesimoquinta edición de la iniciativa promovida por illycaffè y Artissima.

A través del uso de múltiples medios expresivos, los proyectos de Williams se basan en una cuidadosa investigación y están fuertemente influenciados por el contexto en el que se realizan, invitando a reflexionar sobre las fuerzas que estructuran nuestras vidas y nuestros entornos. Para esta ocasión, la artista presenta un nuevo trabajo pictórico que explora los temas de la representación y la historia del retrato nobiliario. Portrait amplía la investigación de la artista sobre la creación de exposiciones, la colaboración y los mecanismos del método y el estilo pictórico, confrontándose en particular con la iconografía y el legado del pintor alemán Gerhard Richter.

La exposición gira en torno a una única imagen: Lady Diana sentada de espaldas, con el icónico suéter rojo decorado con ovejas blancas y una negra. La composición recuerda a Betty (1988), famoso retrato de la hija de Richter y, al igual que en ese caso, también Diana niega la mirada al observador, escapando de la frontalidad y la sobreexposición icónica con la que ha sido asociada durante décadas.

La realización de la pintura es el resultado de un largo proceso, filológico y creativo: el análisis de la representación pictórica de Betty, la definición de la luz, el estudio de la pose y la reconstrucción de la parte trasera de la cabeza de Diana, una perspectiva casi ausente en la memoria visual colectiva, dominada por la representación de su rostro. A través de estos pasos, Williams cuestiona la relación entre la imagen pública y la construcción del poder visual, transformando un ícono global en una imagen opaca, no disponible.

En equilibrio entre imagen y cuadro, visión y materia, Portrait reflexiona sobre la pintura como acto de memoria, capaz de devolver complejidad a lo que la imagen mediática simplifica. La práctica pictórica se convierte así en una forma de cuestionar las jerarquías sociales y culturales y de reflexionar sobre los dispositivos que moldean la representación de los cuerpos y del poder.