Las criaturas híbridas o quiméricas siempre han formado parte de nuestro imaginario cultural colectivo. Incluso en los primeros dibujos y esculturas aparecen criaturas que escapan a una identificación clara con una sola especie, cuyos cuerpos son un conjunto de humanos y animales o de diferentes tipos de animales. Solo piense en la Gran Esfinge de Giza o el fauno, que en la mitología romana era una criatura mitad hombre y mitad cabra. En el siglo XXI, los híbridos son omnipresentes. Por un lado, sus formas potenciales se han multiplicado, alcanzando una altura sin precedentes gracias a los avances tanto en la tecnología, las ciencias naturales y la ingeniería genética. Más que cruces entre humanos y animales, los híbridos actuales aparecen como un verdadero compuesto de materia humana (o en todo caso orgánica) y materia inanimada.

Todos somos seres híbridos : nuestro iPhone, por ejemplo, hace tiempo que se ha convertido en una extensión de nuestro cuerpo, al igual que el microchip bajo la piel, que ahora se ha convertido en una realidad. Por otro lado, somos híbridos por las sustancias invisibles, sintéticas, a veces incluso hormonales y psicoactivas que se pueden tomar.

Según el punto de vista o el contexto, estas transformaciones pueden considerarse: o intentos de optimización desencadenados por el capitalismo, o gestos autoinducidos y obstructivos. Por otro lado, los híbridos y la idea de hibridismo en general resultan ser cuanto menos estimulantes para la reflexión. Las especulaciones sobre un mundo posthumano o sobre los cyborgs de Donna Haraway pueden llevarnos a reflexionar sobre nuestro presente, así como sobre una concepción más amplia del hibridismo, como el entrecruzamiento de dos sistemas normalmente separados. Estos contienen el potencial para desarrollar conceptos sociales alternativos, no jerárquicos y capaces de reunir varias especies o estrategias de supervivencia, en un futuro tan utópico como distópico.

¡NOSOTROS HÍBRIDOS! por lo tanto, es tanto una declaración como una tesis. La exposición colectiva reúne a seis jóvenes artistas (e) de Suiza que abordan el concepto de hibridez a través de diferentes medios y modalidades narrativas.