Objeto técnico convertido en icono cultural, el Orient-Express ha cristalizado multitud de narraciones y representaciones basadas en hechos reales o inventados. Sin embargo, antes de convertirse en un objeto literario y cinematográfico, el Orient-Express es ante todo el tren de una compañía ferroviaria: la Compagnie internationale des wagons-lits (CIWL) . El primero de una serie de trenes de lujo internacionales, el Orient-Express funcionó desde 1883 hasta 1977 e hizo posible conectar París con Constantinopla, la actual Estambul. Su creación fue un tour de force diplomático y económico en un momento en que el ferrocarril era utilizado como herramienta al servicio del poder político por parte de imperios y estados.

Las obras y fotografías presentadas en la exposición Orient-Express & Cie. Itinerario de un mito moderno proceden de los archivos de la antigua Compagnie internationale des wagons-lits. Colecciones fotográficas, planos, mapas, dibujos técnicos y carteles publicitarios de época, la exposición contiene más de 200 piezas que sitúan al Orient-Express en su contexto histórico global. Aunque la mayoría de las fotografías son anónimas, algunas están firmadas por estudios famosos como Paul Nadar, Albert Chevojon y Sébah & Joaillier. Además del mito, la exposición narra la ingeniería de un tren de lujo posible gracias a una extraordinaria red de empresas y servicios (lavanderías, ebanistas, caldereros, etc.).