Como complemento de la exposición Louise Bourgeois. El inconsciente de la memoria, que se llevará a cabo en la Galería Borghese, Villa Medici presenta dos obras de Louise Bourgeois: la instalación No Exit y el tapiz Sainte Sébastienne en el Salón de lectura, excepcionalmente abierto al público.

Figura artística fundamental del siglo XX que escapa a cualquier clasificación y etiqueta, Louise Bourgeois (1911, París - 2010, Nueva York) ha influenciado a innumerables artistas con su obra marcada principalmente por los temas de la memoria, la infancia y la metamorfosis. Del 21 de junio al 15 de septiembre en Roma, la Galería Borghese le dedica una exposición titulada Louise Bourgeois. El inconsciente de la memoria, que en Villa Medici tendrá su extensión con la instalación No Exit, presentada para la ocasión en los salones históricos hasta el 5 de septiembre.

No Exit evoca la casa de la infancia en la que Louise Bourgeois, de niña, solía refugiarse en el sótano para espiar a su padre. La escalera imaginada por la artista no conduce a ninguna parte, pierde su aspecto funcional para asumir una dimensión casi espiritual que invita a la reflexión y la introspección. Dos esferas de madera están dispuestas a los lados de los escalones, sugiriendo una forma fálica, mientras que dos corazones de goma ocultos bajo la escalera reclaman el lugar del amor en las relaciones humanas.

La instalación No Exit (1989) resuena con otra obra de la artista franco-americana expuesta en las salas históricas de Villa Medici, impregnada de reflexiones sobre el cuerpo y la memoria: el tapiz que representa a Sainte Sébastienne (1997), propiedad de las colecciones del Mobilier national y custodiado en Villa Medici desde 2022. Este tapiz tejido por la Manufacture des Gobelins se basa en una calcografía realizada por Louise Bourgeois en 1992. La artista escenifica una versión femenina de San Sebastián mártir, delineada con una síntesis expresiva general: un cuerpo femenino de curvas generosas está atravesado por flechas negras lanzadas desde todas partes. Louise Bourgeois se apropia de la iconografía tradicional del mártir cristiano para evocar su sufrimiento personal. "Sainte Sébastienne es un autorretrato", afirmaba.