Las Galerías Nacionales de Arte Antiguo presentan por primera vez al público en la sede de la Galleria Corsini en Roma, una obra maestra recientemente redescubierta por Giorgio Vasari: el Cristo Portacroce , creado para el banquero y coleccionista Bindo Altoviti en 1553.

La pintura es uno de los picos de la producción del artista de Arezzo y una de las últimas pinturas realizadas en Roma antes de su partida para Florencia.

El descubrimiento se debe a Carlo Falciani, experto estudioso de la pintura de Vasari, quien la reconoció en el cuadro registrado por Vasari en su libro de Memorias, indicando la fecha y el nombre del prestigioso destinatario.

La pintura da testimonio de un momento muy importante en la actividad romana de Vasari, entonces al servicio del Papa Julio III y su círculo.
Presentada en su contexto, la obra demuestra ser un caso ejemplar para comprender las prácticas de trabajo de Giorgio Vasari y las características peculiares de su "manera" muy exitosa.

Con motivo de la exposición habrá un ciclo de conferencias sobre la obra expuesta y la figura del artista. También se publicará un catálogo (publicado por Officina Libraria) editado por Barbara Agosti y Carlo Falciani.
La exposición y el catálogo fueron creados gracias a la colaboración y apoyo de Benappi Fine Art. La pintura fue restaurada en el estudio "Daniele Rossi" en Florencia.