La Fundación Donnaregina para las artes contemporáneas - museo Madre presenta Vai, vai, Saudade, una exposición colectiva que propone un itinerario poético articulado en una serie de relatos vinculados al arte producido en Brasil a partir de la segunda posguerra. Se trata de "apuntes de viaje" que se fusionan en un recorrido expositivo libre pero interconectado por temáticas formales y conceptuales, espirituales y terrenales, políticas y geográficas que fundamentan una narrativa que sigue una lógica similar a la de una novela dividida en capítulos. Rozando cuestiones urgentes del Brasil continental, moderno y contemporáneo, la exposición toma su nombre de una samba compuesta por Heitor dos Prazeres (Río de Janeiro, 1898 - 1966), artista carioca que fue uno de los primeros en sufrir la censura de la dictadura militar en 1964.

Organizada por asociaciones, a veces inesperadas, y diálogos entre artistas, Vai, vai, Saudade comienza con un primer capítulo representado por el contraste entre la obra Livro da Arquitetura (1959-60) de Lygia Pape (Nova Friburgo, 1927 - Río de Janeiro, 2004), que describe la historia del hombre como constructor de civilizaciones a través de un inventario de arquetipos arquitectónicos y una vía sagrada del artista de la región de Acre, Hélio Melo (Vila Antimari, 1926 - Goiânia, 2001), que narra la destrucción de su hábitat natural por parte del mismo hombre "civilizado" a través de metáforas y alegorías poéticas. La exposición concluye con la serie Era uma vez a Amazônia de Jaider Esbell (Normandia, Rorania, 1979 - San Pablo, 2021), donde el artista relata el empobrecimiento de las condiciones de vida de las poblaciones originarias de la Amazonia y el futuro incierto de esta tierra vivida durante generaciones en respeto a su ecosistema.

Desde el fin de la esclavitud, abolida solo en 1888, hasta las inmigraciones masivas de países como Italia, Líbano, Japón y Alemania, pasando por el más reciente bolsonarismo, Brasil ha vivido entre positivismo y democracia, dictadura y censura, frustración y esperanza sin abandonar nunca el espíritu resiliente característico de los países que han experimentado una historia colonial. Un país que ha exportado la lucha por los derechos de las poblaciones originarias y afrobrasileñas en todo el mundo, convirtiéndose en un bastión de valores humanistas y democráticos. La intención de esta exposición es presentar a Brasil como una tierra fértil de ideas y revoluciones artísticas, un país que ha sabido construir una identidad basada en la valorización del multiculturalismo y la fusión de múltiples lenguajes desafiando las visiones eurocéntricas de una historia del arte unidireccional: Brasil ha sido desde principios del siglo pasado uno de los grandes actores de las vanguardias en la escena mundial y no existe vanguardia sin la observación de las culturas ancestrales o popularmente consideradas.