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Una obra maestra del Museo Segantini en St. Moritz Mostrar todas las fotos
cerrado

Una obra maestra del Museo Segantini en St. Moritz

De 9 junio a 24 octubre 2021

Galería de Arte Moderno en Milán

Galería de Arte Moderno en Milán

Via Palestro, 16, Milán

Cerrado ahora: abierta a 10:00

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Con motivo del préstamo del cuadro Retrato de la Sra. Casiraghi Oriani a la exposición Giovanni Segantini. Maestro del retrato organizado en el Museo Segantini de St. Moritz, la Galería de Arte Moderno alberga una obra maestra de la colección del museo suizo, en depósito de la Fundación Otto Fishbacher: Regreso del bosque.

En un paisaje frío de invierno, una anciana campesina arrastra un trineo detrás de ella, cargado con un gran tronco y algunas raíces retorcidas. Siguiendo un camino marcado en la nieve, regresa a casa después de su trabajo diario. En el pueblo, frente a ella, se encienden las primeras luces amarillas y cálidas, en contraste con el entorno que la rodea. La cadena montañosa que forma el telón de fondo de la escena, baja y horizontal, se transforma en un casquete helado que pesa sobre el pueblo de Savognino, donde el propio Segantini vivió unos años a partir de 1886.

Regreso del bosque es una de las primeras obras que marcan el acercamiento de Segantini a los temas del simbolismo. Los paisajes de montaña estudiados en aislamiento voluntario en los Grisones, Suiza, con su luz intensa y naturaleza virgen, junto con la influencia de la pintura europea más moderna conocida a través de Vittore Grubicy de Dragon, llevaron al artista hacia un nuevo lenguaje pictórico. De hecho, la pintura es ejemplar de los resultados alcanzados por Segantini en el uso escrupuloso de la técnica del puntillismo, que implicó la aplicación de color puro directamente sobre el lienzo y no mezclado en la paleta, obteniendo efectos de gran brillo, evidentes aquí en el cristalino blancos y grises plateados, ricos en tonos azules.


Pero el paisaje nevado claro y silencioso también conserva profundos significados simbólicos, vinculados al ciclo de muerte y renacimiento de la naturaleza. Las raíces llevadas en el trineo remiten a la vida que brota de la tierra, momentáneamente todavía desnuda, casi letárgica. La anciana sigue un camino lineal, ya trazado por otros antes que ella, que la conduce inexorablemente a su meta: el destino humano es ineluctable y la mujer va allí con orgullosa resignación, tal vez mirando con esperanza las luces y el campanario, que con su punta es el único elemento que se destaca contra el cielo, uniendo el plano terrenal y el plano espiritual.

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