La Fundación Cassa di Risparmio di Jesi, en las salas de Palazzo Bisaccioni, ofrece al público la exposición dedicada a Alfredo Camisa, fotógrafo emblemático en el panorama artístico de la posguerra. A partir del 21 de junio de 2024, se podrá visitar la exposición promovida por la Fundación en colaboración con el Municipio de Senigallia y el Archivo Fotográfico Alfredo Camisa, una ocasión preciosa para observar de cerca las fotografías del maestro boloñés.

La exposición “Alfredo Camisa, Un decenio de ‘aficionado comprometido’ en la fotografía italiana”, a cargo de Marta Camisa, Directora del Archivo Fotográfico Alfredo Camisa, se compone de treinta y seis fotografías provenientes de la colección del Museo Municipal de arte moderno y de la fotografía de Senigallia. Las fotografías se presentan en series a lo largo del recorrido: el visitante al pasear por la sala se sumergirá primero en las Puestos de Milán, pasando por las Impresiones del Sur se detendrá en Retratos, después de una breve pausa Detrás de escena del Piccolo Teatro realizará un viaje con Fotos más allá de la frontera, visitando los EE.UU. y Libia.

Boloñés de origen, llegó a Las Marcas gracias a la colaboración con el Grupo Misa, fundado por Giuseppe Cavalli, donde entabló amistad con Piergiorgio Branzi, Mario Giacomelli y Ferruccio Ferroni, contribuyendo a la constitución del archivo histórico del Grupo. Se acercó a la fotografía por su fascinación por el arte, comenzó siguiendo la moda de la época, decepcionado por la monotonía del género sintió la necesidad de superar las naturalezas muertas acolchadas; en él ya se mostraba un fuerte espíritu vanguardista.  

Camisa investigó al hombre en sus aspectos más íntimos, humildes y humanos, evitando todo sentimentalismo. Su fotografía fue un compromiso social diluido por la ironía, sus contrastes son el resultado de una cuidadosa búsqueda formal en la que todas las componentes son medidas con precisión de químico, como era él.

La carrera como fotógrafo fue un paréntesis, fotografió durante aproximadamente una década, luego dejó, amargado por las limitaciones del profesionalismo. Así, en 1961 abandonó la práctica, dejando una breve, pero indeleble, huella en la historia de la fotografía italiana.