Lejos de ser superfluos, los complementos de moda representan desde hace siglos verdaderos símbolos de estatus, capaces de revelar inmediatamente no sólo la clase social a la que pertenecen sino, en ocasiones, también la personalidad de quien los lleva. Las colecciones Coronini, vinculadas a los acontecimientos de una antigua familia aristocrática, ofrecen desde este punto de vista un observatorio privilegiado para descubrir, incluso con el apoyo de pinturas y fotografías, cómo cada época tuvo sus "iconos de estilo", con sus propias reglas y ceremoniales que regían su uso y que condicionaban los hábitos de la vida diaria. El siglo XVIII, por ejemplo, fue el siglo del abanico, el siglo XIX vio el triunfo del sombrero, mientras que el bolso, que hoy es uno de los complementos más de moda, se hizo indispensable recién en el siglo XX. Junto a ellos, muchos otros objetos, a veces un poco pasados de moda, como bastones, pañuelos, cordones, chales y cajas de rapé, pretenden revelar el gusto y el estilo de los últimos descendientes de los condes Coronini, en un evocador viaje en el tiempo. , al descubrimiento de épocas en las que la habilidad para manejar un abanico o hacer un perfecto nudo de corbata eran requisitos indispensables para ser consideradas verdaderas damas o perfectos caballeros.