El protagonista de la exposición es el bordado, una técnica antigua, a menudo practicada por las mujeres en el hogar, pero también objeto, en siglos pasados, del trabajo de artesanos especializados, reunidos en una especial asociación comercial que en Génova se denominó el Arte de bordadores

Siguiendo el ejemplo de uno de los libros más interesantes de modelos del siglo XVI destinados a bordadores, titulado El triunfo de la virtud, el itinerario en las habitaciones del Palazzo Bianco serpentea a través de varios tipos de temas, técnicas y materiales utilizados para el bordado en Occidente y en Oriente, desde seda hasta hilos metálicos, y presenta una amplia gama de artefactos de clase mundial que incluyen ropa, muebles para el hogar y litúrgicos, pinturas, grabados y dibujos.

El hilo conductor de la exposición son los temas del bordado, un maravilloso mundo de imágenes que se despliegan a lo largo de los siglos, uniendo diferentes épocas, culturas y civilizaciones en un diálogo ininterrumpido. Flores, animales, figuras mitológicas o alegóricas, complejos motivos geométricos y abstractos: un riquísimo repertorio que cuenta la historia del arte y del gusto, a través de preciosos tejidos y materiales trabajados por las manos de artesanos de insuperable maestría.

Los visitantes podrán admirar numerosas y muy variadas obras dignas de interés: van desde los pañuelos de oración afganos, del pueblo hazara, hasta el bello Gonfalone de la ciudad de Génova, presentado en la Exposición Universal de París del año 1900, desde el suntuoso frontal renacentista con bordados de seda y oro, hasta el alboroto de flores barrocas que embellecen los tapices litúrgicos de principios del siglo XVIII, liberados para la ocasión de las sacristías de algunas importantes iglesias genoveses. También cabe destacar una serie de preciosos bordados conservados de los siglos XVI y XVII de la Colección Textil del Palacio Real y unos cuadros bordados de la artista Marianna Elmo, activa en el siglo XVIII.

Un itinerario entre Oriente y Occidente pero también entre pasado y presente. De hecho, la exposición acoge algunos bordados contemporáneos: una obra del artista Simon Clavière-Schiele bordada por otro jovencísimo artista francés, especialista en bordado, Theophile Faure, y, al final del camino, un excepcional vestido de gala, creado por un joven diseñador genovés, Francesco Bogetti, influenciado por el encanto atemporal de las flores barrocas bordadas.