La exposición, comisariada por Loredana Pessa con la dirección artística de Elisabetta Agostino, instalada en las salas de exposición del segundo piso del Palazzo Bianco , retoma y desarrolla el tema del coleccionismo de artefactos del siglo XVIII, presentando la colección de Giuseppe Zerega en el contexto más amplio de la historia del coleccionismo en Génova en el siglo XIX y destacando el particular interés por las artes decorativas del siglo XVIII que caracteriza el ambiente local, casi en contraste con los gustos de la época. Por ello, el recorrido, tras un primer tramo dedicado al mercado del arte decimonónico en Génova y a la circulación de artefactos del siglo XVIII, tiene en cuenta dos importantes colecciones que atestiguan la pasión por la producción refinada de la Ilustración: el de la familia Luxoro, numerosa y heterogénea, y la del cónsul británico Montague Yeats Brown, dedicada en cambio exclusivamente al mundo de la cerámica.

Tras la presentación de una selección de los preciosos muebles acumulados por Luxoro, entre plata, muebles, relojes, figurillas prespiales, y luego la sala dedicada a las porcelanas que pertenecieron a Yeats Brown, la exposición culmina con una evocadora ambientación de algunos de los vestidos más interesantes de la colección Zerega, verdaderas obras maestras de tejido y bordado.
La fascinación que ejercía la civilización del siglo XVIII y la atracción por las artes suntuarias son el delgado hilo que une estas tres colecciones, unidas también por su destino final al uso público, gracias al mecenazgo privado, que afortunadamente evitó la dispersión de un patrimonio muy importante.

Conjuntamente con la inauguración de la exposición y en estrecha relación con ella, se abre al público un nuevo espacio de exposición permanente, dedicado a una colección de ropa antigua preciosa, donada al Municipio en 1917 por el genovés Giuseppe Zerega. Es un patrimonio conspicuo compuesto por cerca de un centenar de piezas, entre las que destaca una serie de indumentaria masculina del siglo XVIII, caracterizada por bordados de altísima calidad y el uso de tejidos sedosos de refinada hechura, testimonio único de los gustos y modas en boga en la aristocracia europea del siglo XVIII.

La realización de esta otra pieza importante del camino de los Museos Strada Nuova fue posible gracias al apoyo de Villa Montallegro SpA - una residencia de ancianos y centro ambulatorio multiespecializado - como parte de un vasto programa de gran atención a la cultura, las artes figurativas clásicas y contemporáneas, tradicionales o innovadoras. El leitmotiv de este programa de apoyo al territorio en el que opera la realidad sanitaria, desde su fundación hace 70 años, es la ciudad de Génova, para la que Montallegro apuesta por promover “el bienestar a través de la cultura y la vida saludable”.