La exposición “Valerio Bellati: alquimia cromática” se presentará a partir del 28 de octubre en la Galería de Arte Moderno Carlo Rizzarda.

Se trata de una exposición dedicada a un artista cuya familia tiene orígenes Feltre. Su pintura refinada y lírica se caracteriza por mezclas preciosas, moduladas en un sutil contraste de tonos y colores.

Es una pintura entendida como una expresión muy personal de uno mismo y como tal profundamente biográfica. Valerio Bellati (Padua, 18 de marzo de 1923-Vittorio Veneto, 1 de abril de 1996) asistió a la Academia de Bellas Artes de Venecia, siguiendo los cursos de Alberto Viani y Venanzo Crocetti. La primera temporada de su carrera artística la dedicó a la escultura, acercando progresivamente la pintura como medio privilegiado de su poética que encontró en el expresionismo abstracto su principal figura expresiva. Era amigo de Tancredi Parmeggiani, quien le presentó al séquito de Peggy Guggenheim y estuvo cerca del grupo espacialista. También frecuentaba a Riccardo Licata, Giorgio Dario Paolucci, Ivan Beltrame, Virgilio Guidi, Gianni Palminteri y Riccardo Schweizer. Por invitación de Mario De Luigi participó en la 31ª Bienal de Venecia en 1962 donde expuso un gran panel trabajado con engobe. Desapareció del panorama artístico hasta 1968 cuando retomó la pintura de una serie de obras caracterizadas por sus propios ideogramas. A partir de los años setenta se retiró al Premaor di Miane en la provincia de Treviso, en la casa familiar del siglo XVII, donde trabajó asiduamente, alcanzando un lenguaje personal que evolucionó con el tiempo a través de diversos experimentalismos. Poco antes de su muerte en 1996 logró completar su último trabajo Versi e Dipinti junto al poeta Andrea Zanzotto. La exposición contará con una cincuentena de obras entre dibujos, pinturas y esculturas, que ofrecerán al visitante la oportunidad de conocer a un intérprete muy original del animado clima artístico veneciano de la segunda mitad del siglo XX.

Exposición comisariada por Francesco Michielin.