La Casa de las Cabezas es uno de los edificios emblemáticos de Córdoba.

La casa es un testimonio real de cómo era la vida en otra época. Además de su valor arquitectónico intrínseco, esta residencia está impregnada de historia y de olores de leyenda: en realidad fue una fortaleza de Almanzor. En algunos de sus rincones, Monsieur de Salas contemplaba las cabezas cercenadas de sus hijos, presentadas en bandeja de plata. También dice la tradición que, como trofeos, las cabezas se exhibían en el callejón, colgadas una en cada arco, por lo que este estrecho camino ha conservado hasta ahora siete arcos, y este es el nombre con el que a veces se le conoce.