El Castillo de Cardiff tiene sus orígenes en la época romana, pero ha sufrido una sorprendente transformación a lo largo de los siglos. Aunque el núcleo original del castillo fue construido por los normandos en el siglo XI, sobre el emplazamiento de una fortaleza romana del siglo III (de la que quedan restos de la muralla). En la época victoriana el edificio fue reformado siguiendo el estilo gótico y dotándolo de un llamativo y extravagante mobiliario: hoy en día la estructura destaca por sus mármoles, dorados y espectaculares estructuras de madera. Una visita al Castillo de Cardiff permite descubrir el pNorman Keep o el Norman Keep, el museo Firing Line dedicado a la memoria de los soldados galeses y los túneles utilizados como refugios antiaéreos durante la Segunda Guerra Mundial. En la fortaleza también se organizan diversas visitas guiadas y eventos.