Área arqueológica de Campovalano, Campli | Hours, exhibitions and artworks on Artsupp

El área arqueológica de Campovalano se encuentra en una meseta al pie de la montaña de Campli y ha sido frecuentada al menos desde finales de la Edad del Bronce (XIV-XIII a.C.) por un pequeño asentamiento cuya presencia está atestiguada por fragmentos de cerámica decorada, puntas de flecha de sílex y restos de enlucido de cabañas. Desde la Edad del Hierro (siglo IX a.C.), la llanura es ocupada por una necrópolis que permanecerá en uso casi ininterrumpidamente hasta principios del siglo II a.C. Las investigaciones arqueológicas, iniciadas a finales de los años 60 y continuadas hasta principios de los años 2000, han sacado a la luz más de 600 enterramientos, convirtiendo a la Necrópolis de Campovalano en una de las más extensas de Abruzzo junto con las de Fossa y Bazzano. Si para el período más antiguo las huellas resultan ser poco legibles debido a la escasez de hallazgos, no es así para los siglos VIII-VI a.C. cuando el área se organiza alrededor de un eje vial de 8 m de ancho, orientado de norte a sur y compuesto por tierra batida y pequeños guijarros de piedra local, aún visible en el área arqueológica. En este período, la necrópolis se caracteriza por la presencia de tumbas circulares, es decir, montículos de tierra delimitados por un círculo de piedra que se construía sobre la fosa en la que se depositaba al difunto con su ajuar. Este tipo de tumbas, en su mayoría dispuestas al oeste de la calle ceremonial, tenían un diámetro variable según la edad y el sexo del difunto, así como el papel que debía desempeñar en la sociedad. Vasijas de cerámica y metal eran elementos recurrentes en los ajuares que se distinguían por la presencia de armas (espadas, lanzas, jabalinas, mazas de hierro) en el caso de los hombres y husos, pesas de telar, cinturones y colgantes en el caso de las mujeres. Dentro del área arqueológica se ha reconstruido a tamaño real el entierro más grande encontrado hasta la fecha, la Tumba 2, y en su interior se puede admirar la reconstrucción de cómo se preparó el entierro, con el difunto colocado a un lado de la fosa, el ajuar de cerámica y metal a los pies, las armas a los lados y en un lateral el carro de desfile, un elemento que sin duda destaca su posición prominente dentro de la comunidad. La tipología de las tumbas circulares es abandonada a favor de simples fosas durante el siglo V a.C., período del cual hay muy pocos datos debido al escaso número de enterramientos identificados de este período. El área vuelve a proporcionar numerosas evidencias para la última fase de vida, entre los siglos IV y II a.C., coincidiendo con la inevitable romanización de toda Abruzzo. En este momento, los entierros se disponen con la misma orientación que la calle ceremonial, que continúa siendo utilizada, y se adosan a los lados. Dentro de las simples fosas, el difunto es colocado boca arriba con un ajuar compuesto por pocos objetos, entre los cuales solo un recipiente de cerámica y, en el caso de los hombres, una punta de lanza doblada ritualmente, mientras que en el caso de las mujeres ricas, un collar de oro, ámbar y pasta vítrica. El material proveniente de las excavaciones realizadas en la necrópolis se conserva íntegramente en el Museo Arqueológico de Campli, establecido en 1988 y donde es posible admirar la historia de la necrópolis de Campovalano a través de la exposición de sus hallazgos. Para obtener más información sobre la historia del museo y sus hallazgos, así como sobre las modalidades de visita, se invita a consultar la página correspondiente al Museo Arqueológico Nacional de Campli.

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