La sirena fue pintada por Sartorio tras su primera estancia en Londres y está fuertemente influenciada por el ejemplo de la pintura prerrafaelita inglesa. De regreso en Italia, la obra también fue reproducida en la "tribuna ilustrada", acompañada de unos versos de Diego Angeli, y recibió el aplauso de la crítica contemporánea. La composición de profundo corte horizontal se construye en torno a la figura de la sinuosa sirena de larga melena pelirroja y piel diáfana que envuelve el cuerpo del joven pescador que se asoma a la barca. Las calaveras, visibles en transparencia sobre el fondo marino detrás de la mujer, sugieren el final que le espera a la joven víctima en los brazos del encantador. El tema mitológico de la sirena, habitual en la pintura mitológica, es abordado por Sartorio influido por la simbología prerrafaelita e inglesa que había podido estudiar durante su estancia en Londres en 1893 - 1894.