Umberto Boccioni conoce a Gino Severini y comienza a frecuentar con él el estudio de Giacomo Balla cada temporada. En Enero en Padua, obra en la que la lección de Balla ya ha sido reelaborada con audacia en clave personal, el tejido cromático se estructura en zonas de empaste animadas por la superposición de muescas escasas y toscas de tonalidades puras y antinaturalistas, que dan al conjunto un expresionista. Organizado sobre las diagonales de las vertiginosas perspectivas que rompen sobre un fondo de hileras desnudas y una sola masía, recortada contra el cielo gélido y lluvioso, Enero en Padua devuelve un panorama dinámico y articulado, aunque totalmente deshabitado, en el que la mirada no descansa. urgido continuamente a deambular entre tallos y ramas de cobalto helado para perderse en la inmensidad del campo ocre rebosante de azul y azur. La pincelada dividida, reiterada, rápida y viva, es multiforme y mutable, como predicaba Pellizza, regularizada en minuciosos guiones en la construcción única y lejana, donde el juego de los complementos se hace más audaz.
Título: Enero in Padua
Autor: Umberto Boccioni
Fecha: 1903
Técnica: Pintura al óleo sobre lienzo
Expuesto en: Pinacoteca el Divisionismo
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