La huelga, de 1889, pertenece al período florentino en el que Nomellini ya mostraba actitudes de viva participación en los problemas de los trabajadores. Precedido por una serie de bocetos a lápiz y pluma, referentes tanto a las figuras individuales como a la composición completa, el cuadro terminado reemplaza a los campesinos armados con tenedores y guadañas que marchan contra el fondo del campo o los horizontes montañosos -protagonistas de los dibujos preliminares-, un corriente de trabajadores con una actitud exasperada más allá de la cual destacan los bajos volúmenes de las naves industriales y los altos perfiles de las chimeneas. El pequeño óleo, sostenido por una sinfonía de tonos terrosos y azules intrínsecamente luminosos por las pinceladas orladas del cielo y el camino polvoriento, se sitúa en un corte compositivo en diagonal, que gestiona la multitud de hombres y mujeres de la que sobresalen dos personajes .un abrazo solidario. Es imposible no notar en las formas y actitudes de la pareja en primer plano, que parecen recoger y encauzar eficazmente el descontento de la masa de atrás, precedente fundamental del Cuarto Poder de Pellizza.