Al llegar al pueblo de Vallauris, en el sur de Francia, en 1946, Picasso visitó el estudio de Ramie y le asaltó el deseo de trabajar la cerámica, algo que ya había hecho aunque ocasionalmente en España en su juventud. También gracias al encuentro con la joven Jacqueline Roque, que trabajaba con los esposos Ramie y que luego se convertiría en su última pareja, Picasso empezó a frecuentar el taller donde, en los años siguientes y hasta su muerte, creó más de 4000 obras. Usó a menudo jarras y platos que ya existían y formaban parte de la tradición popular que él, con su intervención, transformó en formas arcaicas y simbólicas de animales fantásticos o formas con una fuerte impronta primordial. La capacidad evocadora y profanadora de la forma de Picasso encontró en el uso de la cerámica un elemento altamente sugerente que le permitió crear obras que hoy en día son consideradas unánimemente como la máxima expresión del arte cerámico en el mundo. La obra de Picasso fue precursora de muchos artistas que, después de él, se adentraron en el arte de la cerámica como lo fue en los campos de la pintura, el dibujo y las artes gráficas.
Título: Plato ovalado con paloma
Autor: Pablo Picasso
Fecha: 1959
Técnica: Cerámica esmaltada
Expuesto en: MAP - Museo Aula Picta
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