El tema sagrado, pintado con colores brillantes y vivos, es uno de los más frecuentes en la pintura de Orazio De Ferrari, alumno de Andrea Ansaldo, en cuya obra son evidentes las influencias de Van Dyck, Rubens y Reni. El lienzo, realizado en 1650, fue comprado en 1959, pero aún se desconoce su procedencia; es una de las obras maestras de la madurez del artista genovés que, precisamente en este tipo de composiciones de tamaño medio-grande, encontró la dimensión más idónea para expresar su capacidad expresiva. El cuadro presenta en el centro de la composición las figuras de Cristo y la adúltera, alrededor de las cuales se disponen en semicírculo los demás personajes, mientras que la base arquitectónica de la derecha mide en escorzo el espacio.