La escena sagrada tiene lugar en el interior de una choza: dos pastores, acompañados y alentados por dos ángeles, ofrecen al Niño su regalo, un cordero, símbolo del sacrificio divino. La Virgen, de rodillas, contempla absorta a su hijo mientras José, detrás de ella, vela. Todo es aparentemente simple: desde la colocación en el espacio de los personajes, dispuestos en diferentes niveles, hasta la transformación de los motivos simbólicos en elementos naturalistas, de extraordinaria sugestión emocional. Los personajes humanos y divinos y los animales están igualmente vinculados a una misma participación íntima. Se desconoce la procedencia antigua de la obra, sabemos que pasó a formar parte de la colección del célebre coleccionista de Brescia Paolo Tosio por una compra entre el 24 de agosto y el 5 de enero de 1825.