Maria Brignole - Sale, conocida en Génova como la Duquesa de Galliera, fue uno de los personajes más generosos de la ciudad. Última descendiente de la noble familia de Brignole - Sale, pasó la mayor parte de su vida en París, donde su esposo, Raffaele De Ferrari, uno de los hombres financieros más hábiles, afortunados y ricos de su tiempo, llevó a cabo sus negocios. Tras su muerte, estando en posesión de un inmenso patrimonio y sin herederos de hecho, ya que el único hijo que le sobrevivió, el segundo hijo Filippo, renunció a la herencia familiar, la duquesa se dedicó a grandes obras de caridad fundando jardines de infancia, hospitales (el hospital Galliera sigue siendo el segundo en Génova hoy) y orfanatos tanto en Francia como en Génova. En 1874 donó al Municipio de Génova el Palacio Rosso, la casa solariega de los Brignole - Sale, con las colecciones de arte que contenía, testimonio perenne de la magnificencia de la familia; a este acto le seguirá el legado testamentario (1889) del Palacio Bianco y otra gran cantidad de pinturas y esculturas, que formaron el núcleo fundamental de los Museos Strada Nuova. Léon Cogniet, uno de los retratistas más cotizados de la alta sociedad de la época, especialmente por su capacidad para evocar la personalidad íntima de la modelo, la retrató en su prestigiosa casa parisina, el Hôtel Matignon, hoy sede de la Presidencia del Consejo de la República Francesa, mientras sostiene en su regazo, descansando sobre la Biblia de Brignole -un manuscrito iluminado del siglo XIII- a su segundo hijo, Felipe. Casi indiferente a él, María dirige una mirada melancólica hacia el busto de mármol que se ve reflejado en el espejo del fondo de la pared; representa a Andrea, el hijo mayor, muerto a los catorce años, a quien también alude la rosa colocada en el reclinatorio, como signo de una flor tierna, destinada a perecer.
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Detalles
Título:Maria Brignole-Sale De Ferrari, duquesa de Galliera con su hijo Filippo