Pintor y colorista en el taller de fotografía abierto por Felice Beato en Yokohama, Kusakabe también trabajó como asistente del barón Raimund von Stillfried. A partir de 1881 abrió su propio estudio fotográfico, contribuyendo con su obra al prestigio que iba adquiriendo la “Escuela de Yokohama” entre los viajeros occidentales. Al fusionar el arte del reportaje y las vistas, aprendido de Beato, con el enfoque psicológico del retrato de von Stillfried, Kusakabe se convirtió en uno de los fotógrafos más admirados de su tiempo, creando un vasto archivo de fotografías sobre Japón. Su trabajo como fotógrafo se caracteriza por el coloreado manual de las imágenes, siempre de la más alta calidad, caracterizado por una extensa gama de tonos cromáticos y una densidad cromática notable. La fotografía forma parte del rico repertorio de retratos de estudio recopilado por Kusakabe desde el inicio de su actividad.