La obra es una réplica antigua de la pintura similar de Guercino que hoy se conserva en Inglaterra en Corsham Court. El lienzo, de excelente calidad, trata un tema devocional bastante difundido en el clima de la Contrarreforma tardía destinado a invitar a la meditación sobre el tema de la pasión purgada de excesos de patetismo. El lado cultural es el clasicista de la escuela boloñesa de la segunda mitad del siglo.
En el cuadro de Jesi la concentración de los elementos compositivos se apoya en el uso fuertemente contrastado de los elementos luminosos, hoy no del todo revelados, que realzan la luminosidad de la blanquísima carne del niño que emerge de un fondo oscuro y dramático. Mientras que la luz en primer plano corta transversalmente a la figura principal desde arriba, una luz de aurora incide en el paisaje de fondo y define los contornos de la ciudad con torres que domina una extensión de agua que reverbera con su resplandor rojizo.
A la izquierda del cuadro una insólita representación del globo terrestre aclara el supuesto teológico de la imagen, destinado a sugerir el efecto regenerador de las dos acciones sacramentales de la Pasión, a la que aluden la cruz y los clavos, y del Bautismo eclipsado por el curso del río en el fondo.
El Niño, de expresión intensa y meditativa, aparece triunfante en la exhibición de los instrumentos de la Pasión y suaviza su impacto emocional con un físico cándido y regordete.
Título: salvador del mundo
Autor: Giovanni Francesco Barbieri, detto Guercino
Fecha: 1640
Técnica: Pintura al óleo sobre lienzo
Expuesto en: Caja de Ahorros Fundación Jesi
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