La obra May Morning o Trees and Clouds se puede fechar en 1903, período en el que Pellizza se distancia de los temas comprometidos ligados a lo estrictamente tópico para dedicarse a la naturaleza simple y directa, fuente de sentimiento y poesía. El lienzo, originalmente cuadrado, es posteriormente desprovisto de unos diez centímetros en la parte inferior, para restar una gran franja de tierra y rebajar el horizonte. La mirada es atraída en profundidad por los dos árboles centrales sacudidos por el viento, enmarcados por las ramas florecientes que se desprenden de los troncos en primer término. La luz difusa se hace por signos densos, alargados y dirigidos horizontalmente en el cielo, y por toques más rápidos, minuciosos y diferentes en las hojas que en él se decoloran, distribuidas según las reglas ya dominadas de una técnica puntillista que "cada vez es más más fácil y rápido como es necesario para poder traducir los efectos fugaces de la naturaleza vista al aire libre”, y que explota la mutabilidad de un borrador que “no debe ser todo punteado ni discontinuo, ni todo pegado; ni todo liso ni todo áspero; pero varía como son las apariencias de los objetos y la naturaleza”.