Firmada por el gran escultor lombardo protagonista del panorama artístico de la segunda mitad del siglo XIX, la pieza representa a una joven noble, elegantemente vestida, con el pelo recogido y un vestido de encaje sobre un ajustado corsé en el busto y decorado con ramos de flores. De flores. Sobre el hombro de la mujer descansa un pájaro que sostiene entre sus patas un papel enrollado, de ahí el nombre de mensajero del amor, ya que la joven parece volver la cabeza hacia el animal como si escuchara, con una mirada pensativa y melancólica. . La mujer lleva también una doble vuelta de perlas cerrada por un camafeo con un lirio y pendientes de perlas, según la moda de la época. Por el momento no existen elementos ciertos que identifiquen al retratado: la pieza, sin embargo, proviene de un depósito en la Villa Real de Monza frecuentada, desde 1868, por el entonces príncipe Umberto de Saboya y su esposa Margherita; dada la alta calidad estilística de la obra y su procedencia, podría tratarse de una reinterpretación romántica de una imagen de la princesa Margarita o de un miembro de la familia.