Este cuadro remite a las estancias en París de De Nittis, un cautivador episodio de la vida de la ciudad ligado al mundo brillante y lujoso del medio alto burgués plasmado con vivaz frescura expresiva, bien ejemplificado en el acercamiento del pintor apuliano a aquellos temas de género que Precisamente en esos años en París, y más allá, recibió elogios de crítica y público. La Amazonía, datable a mediados de los años setenta del siglo XIX, se caracteriza por esa "elegancia interior" que permite al artista no deslizarse en un boceto estucado: retoques casi imperceptibles para hacer el velo que oculta el rostro de la Amazonía, ligeramente más espumoso para los encajes, bordados y volantes que decoran la ropa para el pelaje del perro. El artista no se pierde la perspectiva panorámica que ofrece el Bois de Boulogne hasta el Arco del Triunfo, bajando por los Campos Elíseos. El artista yuxtapone los fuertes contrastes cromáticos del primer piso, con la intención de realzarlos, con los tonos dorados y gris azulados de ese rápido vuelo perspectivo del paseo, vivificado por figuras cada vez más pequeñas esbozadas hasta el borde de la Arco. Una manera de romper con la pintura que se repite en muchas de sus obras y que les da profundidad y aliento.