Madre e Hijo emergen iluminados por la luz en la penumbra de la habitación. Al fondo se puede ver el tálamo de la Virgen, decorado con un telón parcialmente levantado. La imagen remite al misterio de la Encarnación y al papel de corredentora que la teología medieval asignaba a María, quien de hecho levanta el brazo de Cristo en un acto de bendición. Pero es todo el escenario espacial y lumínico del cuadro el que se carga de una connotación simbólica y transforma el lugar del milagro de la Anunciación en una metáfora visual del cuerpo mismo de María. Raro e inesperado es el detalle del cordón con el contrapeso que servía para cerrar la puerta: la puerta que se abre aquí sin que nadie la empuje puede entonces aludir al misterio de la encarnación, según un invento tan buscado como inédito. , lo que convierte a Giulio Romano en un digno heredero de Rafael.
Título: Virgen con el Niño (Madonna Hertz)
Autor: Giulio Romano
Fecha: Alrededor de 1517
Técnica: Aceite en la mesa
Expuesto en: Palacio Barberini
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