La reflexión sobre las estructuras lingüísticas primarias de la pintura acompaña los inicios de Giulio Paolini; desde Disegno geometrical de 1960, en el que la cuadratura del lienzo no es el tema de la pintura, sino que se orienta a cualificar el soporte, hasta el inmediatamente posterior "Sin título", el artista pretende realizar un reconocimiento de la elementos constitutivos del marco. La perspectiva lingüística, en la que el lienzo, el marco, el marco, la línea y el color se convierten en las herramientas concretas de una actitud empírica, ya en las primeras etapas de la actividad, se acompaña de una perspectiva semántica y sintáctica, decidida a derivar el alcance de la intervención del material. cualidades de los medios elegidos. El "Sin título" de 1966, en cuyo centro el perímetro de un cuadrado blanco es atravesado por un leve trazo de lápiz, se muestra como un artificio metalingüístico, construcción del cuadro dentro del cuadro; la superficie pintada, de hecho, mimetiza el espacio que ocupa el lienzo rugoso en la pared y juega con la transparencia del tejido, dejando ver cómo las tablas de madera que forman la cruz del marco condicionan el perfil de la figura geométrica. La relación equívoca entre el sujeto de la obra y su soporte físico se complica considerablemente si se interpreta en una dimensión más amplia, como para incluir el espacio circundante y el espectador. La sensación de desorientación que produce la alternancia de planos ficticios y reales es el resultado de una trampa estética que, experimentada sobre todo en el bienio 1964 - 1965 y perfeccionada, en ese cambio de años, con la introducción de la técnica fotográfica , funda su propia ambigüedad en la duplicación del cuadrado.