Rara tablilla de la primera producción romitia, que revela en la elección temática las inclinaciones socialistas del entonces jovencísimo pintor de origen modesto. La visita a la fábrica se remonta a 1901, fecha poco después del debut oficial del artista en la Permanente di Milano en 1898. De Livorno, formado en la escuela de Guglielmo Micheli, donde conoció a Giovanni Fattori y obtuvo su apoyo y estima, Romiti logró combinar en el pequeño óleo las sugerencias de los temas sociales candentes con los principios esenciales de la pintura de Macchiaioli, reelaborados en una clave muy personal con nuevos descubrimientos sobre la vibración del color de los divisionistas. Concebido en un pequeño formato rectangular, Romiti coloca fantasmas de hombres a lo largo de un camino rodeado de campo como sombras oscuras que caminan hacia la fábrica, cuyo perfil en la distancia está definido por los bajos volúmenes de los almacenes iluminados y las esbeltas chimeneas verticales de las altísimas chimeneas. Sorprende en el minucioso óleo el uso diversificado de los colores, diluidos con extrema ligereza en el cuidadoso dibujo preliminar para crear finísimas transparencias que dejan aflorar la textura de las vetas del soporte de madera.