El retrato retrata al cardenal Gian Giacomo Millo, síndico del Papa Benedicto XIV. El prelado es sorprendido en el acto de quitarse la birreta con una inmediatez espontánea: podría parecer un saludo al observador o un homenaje a una personalidad eminente. La mano izquierda sostiene un pergamino con la dedicatoria del pintor. La suave pincelada desvanece las canas que enmarcan el rostro senil, la piel ligeramente fláccida se plasma con evidencia y destreza técnica. Un fino velo dibuja el estrecho cuello alrededor de la muceta, aplomado sobre el busto e inesperadamente levantado en una elegante ola, perfilado por una línea de contorno a la manera típica del pintor. El remate ovalado del marco encierra un pequeño e íntimo universo hecho de sencillez, dejando entrever dos volúmenes a la izquierda, metáfora del fervor intelectual de un siglo de grandes pensadores como el cardenal. La ambientación cortesana de un retrato oficial se tiñe en Traversi de aire doméstico: las fórmulas genéricas de abundantes y elegantes drapeados, columnas y refinados objetos dan paso a una mayor intimidad. La solemne estructura y preciosidad de la figura, por tanto, se combinan aquí espléndidamente con la espontaneidad del gesto y la declarada confianza entre el retratista y el pintor.
Título: Retrato del cardenal Gian Giacomo Millo
Autor: Gaspare Traversi
Fecha: siglo XVIII
Técnica: sol de aceite lienzo
Expuesto en: Laberinto masónico
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