La pintura de Gaetano Previati trata temas tomados de los Evangelios, reelaborándolos en una clave mística pero humana, visionaria pero verdadera, cautivadora pero no retórica. Hay muchas versiones de la Adoración de los Reyes Magos o Los Reyes Magos, en las que el tema del amor materno se entrecruza con el relato evangélico, la estructura de la Adoración de los Reyes Magos de Tortona es similar a la de las demás versiones conocidas, ambientada sobre un composición de marcado desarrollo horizontal en la que el compacto grupo de protagonistas, a la izquierda, protegidos por la tenue luz de un escaso cobertizo, se afana en adorar al Niño dormido, tendido como en una cuna sobre las piernas de su madre sentada en oración de corazón. En el lado opuesto, las figuras retroiluminadas de la comitiva de los Reyes Magos portan los obsequios, a la vez que sujetan las suntuosas vestiduras adornadas con volutas doradas, iluminadas con luces y reflejos que las confunden con el paisaje que tienen detrás. Abierto al fondo en un cielo despejado, el horizonte se despliega luminoso, rozando los perfiles insinuados de los camellos y proyectando largas sombras de colores sobre la tierra bañada por una luz dorada. La riqueza cromática es declinada por una pincelada filamentosa y rápida, impetuosa y expresiva, suavizada por la delicadeza de los colores que se rompen en miríadas de signos superpuestos.