Es el artista que, junto con el escultor Guido Mazzoni, mejor encarna el potencial de Módena a finales del siglo XV. La tabla constituye una importante incorporación al catálogo del pintor, autor del famoso 'retablo de las tres cruces' para San Francesco in Mirandola (ahora Galleria Estense), donde conoce las novedades propuestas por Ercole de 'Roberti, como así como del gusto arqueólogo de Andrea Mantegna. Frente a ese intenso ensayo juvenil, este San Jerónimo testimonia una visión de signo moderno, donde el paisaje se abre a la dulzura de la pintura veneciana y las sutilezas ópticas de la marca flamenca. En el camino que conduce al hermoso retablo pintado alrededor de 1506 para la familia Benedelli en San Pietro, anuncia ahora el nuevo y solemne clasicismo con el que el pintor redime las trágicas penurias de su primera formación.